viernes, 30 de septiembre de 2011

Ocupación de la Araucanía ¿Por qué se empezó a usar la Araucanía?

En estas tierras habitaban más de 190 mil indígenas, compuestos por los pueblos pehuenches y mapuches. Dicho territorio se había mantenido rebelde a partir de la denominada Guerra de Arauco ante el dominio español durante la Conquista de Chile y todo el período colonial de Chile, sin que ningún bando venciera claramente.
Luego de la independencia de Chile, ya en el período republicano, se ordenó la celebración de un parlamento general con los mapuches que habitaban al sur del río Biobío, con la finalidad de acordar el estatuto que regularía las relaciones entre la naciente república y el pueblo mapuche; realizándose así el Parlamento de Tapihue en enero de 1825. Sin embargo posteriormente sucedieron diversos hechos que obligaron al estado chileno a destinar recursos a la zona de la frontera.
Además, durante la Revolución de 1851, el general José María de la Cruz, líder del movimiento golpista, reclutó a varios loncos mapuches y sus clanes para alzarse en armas contra el gobierno, esto lo pudo lograr gracias a la relación de amistad que mantenía el general con los caciques, entre ellos Colipí. Cuando su insurrección fue aplastada por el general Manuel Bulnes, los caciques en vez de rendirse junto a De la Cruz se replegaron a la frontera junto con varios miembros descolgados del antiguo ejército, dedicándose al pillaje y al robo de ganado, por los siguientes 4 años. Esto motivó al gobierno a movilizar al segundo batallón del segundo de línea, hasta enero de 1856.
El gobierno de Chile toma la decisión de ocupar efectivamente la Araucanía cuando aparece en la zona, en el año 1861, el francés Orélie Antoine de Tounens, quien intenta crear el Reino de la Araucanía y la Patagonia y se autoproclama rey, tomando el nombre de Orélie Antoine I.
De esta forma, las autoridades deciden aplicar el plan propuesto por el General de Ejército Cornelio Saavedra Rodríguez. Dicho plan incluye no sólo acciones militares, sino además la penetración pacífica de los territorios, mediante el traspaso de la cultura chilena al otro lado de La Frontera. Se busca fundar ciudades, construir obras públicas tales como caminos, telégrafos, y crear escuelas y hospitales. Las tierras incorporadas serían traspasadas a colonos sin ningún costo para fomentar la ocupación de la zona y desarrollar la producción de trigo.

En poco tiempo, Cornelio Saavedra puede ocupar la zona que va hasta el río Malleco, lugar donde refunda la ciudad de Angol, los fuertes de Negrete,[2] Mulchén y Lebu, en 1862. Por el territorio costero, alcanza a avanzar hasta el río Toltén. Esta primera ocupación se lleva a cabo con relativamente poca resistencia, pero luego se produce una sublevación de los mapuches que habitan las cercanías del río Malleco, bajo el mando del lonco Quilapán.
En diciembre de 1867 se habían reunido 4.000 a 5.000 guerreros mapuches en la zona montañosa de Chihuaihue, provenientes de Moquehua, Boroa y La Imperial, los arribanos de Kilapán lograron coordinar una rebelión con los abajinos costeros al mando de Catrileo, Coñoepan, Marileo y Painemal, con 3.000 lanzas cruzaron la cordillera de Nahuelbuta al poniente de Angol y fueron a salir al norte del río Malleco donde unieron sus fuerzas, lograron victorias en Traiguén, Curaco y Perasco gracias a su combinación de la guerra móvil con tacticas de guerrilla.[3]
En enero de 1869 1.500 mapuches son derrotados en Chihuaihue por el general José Manuel Pinto, los araucanos se reorganizaron y atacaron Angol, ante esto el Ministro de Guerra, Francisco Echaurren, marchó con refuerzos a Cautín. En la costa el coronel Saavedra ocupó Cañete y Tucapel, sofocando la rebelión de 1.500 guerreros en Purén. El 25 de septiembre los mapuches y el ejército llegaron a un acuerdo en Angol. Kilapán volvió a rebelarse con 3.000 lanzas siendo derrotados el 25 de enero de 1871 por un ejército de 2.500 soldados en Collipulli.[3]
La Guerra del Pacífico significó que las fuerzas del ejército de Chile se concentraran en este conflicto en particular, situación que fue aprovechada por los mapuches para lanzar nuevos ataques a los puestos ubicados en las zonas fronterizas. Según el historiador y antropólogo chileno José Bengoa esta fue la primera vez en toda su historia que los muy descentralizados mapuches se unieron en una sola insurrección.[4] Esta nueva sublevación ocurrida en 1880 se materializa en pérdidas para ambos bandos. Pero, una vez finalizada la guerra que enfrenta a Chile contra Bolivia y Perú, el ejército instruido por el gobierno de Domingo Santa María retoma en forma vigorosa la campaña de incorporación de la Araucanía. Quien está a cargo de anexar el territorio restante es el Coronel Gregorio Urrutia.
El 27 de enero de 1881 3.000 indígenas atacaron Traiguén arrasando con las haciendas y el ganado.[3] Tras ser rechazadas sus incursiones en Traiguén y el fuerte de Lebuelmán los mapuches se encaminaron, sumando cada vez más lanzas a atacar el fuerte de Los Sauces, entonces tenían unas 1.500. Su asalto fracaso y cuando atacaron la línea del Malleco que creían desguarnecida fueron masacrados, con esto las tropas chilenas pudieron seguir su avance, cruzaron el Cautín, y el 24 de febrero fundaron el fuerte de Temuco.[5] Los aborígenes respondieron atacando dos caravanas matando 100 personas, en los cerros de Ñielol, ese mismo mes, mientras era frustado su ataque simultáneo de 8.000 guerreros a Temuco y Lumaco.[3]

En su campaña, Urrutia erige diversos fuertes, llegando hasta la zona donde se encuentra el Lago Villarrica y refundando la ciudad del mismo nombre. Además, se fundan los fuertes de Carahue, Lautaro, Pillanlelbún, Temuco y Nueva Imperial. Se puede decir que en esta etapa concluye realmente la Guerra de Arauco como tal, después de más de 300 años de conflictos.

La tranquilidad que, en general, reinaba en la frontera del Biobío y las relaciones que existían entre los habitantes de uno y otro lado, permitieron el avance colonizador de la Araucanía.
En la Depresión Intermedia al sur del Biobío, algunos intrépidos campesinos y agricultores se habían establecido, comprando, arrendando o simplemente quitándoles sus tierras a los indios (llamados indios, por los colonizadores, que creian haber descubierto las Indias, ignorando que son mapuches, no araucanos, que tambien es palabra del conquistador)(aclaracion aparte ;-). En el sector costero, la existencia del fuerte de Arauco y la explotación del carbón de piedra aseguraban otra línea de penetración.
Durante el gobierno de don José Joaquín Pérez se inició la acción oficial para incorporar la Araucanía con el apoyo de las armas. El realizador de aquella empresa fue el coronel Cornelio Saavedra, que en corto plazo ocupó hasta el río Malleco, volviendo a fundar la ciudad de Angol. Por la costa avanzó hasta el río Toltén.

Este primer avance se ejecutó con escaso derramamiento de sangre, pero luego hubo una sublevación de los mapuches cercanos al río Malleco, que obedecían al cacique Quilapán. Derrotados los naturales, la ocupación se detuvo por algunos años; pero al estallar la Guerra del Pacífico, el avance se había reanudado hasta la línea del río Traguen.
 
El conflicto con el Perú y Bolivia significó debilitar el ejército de la Araucanía y ese hecho fue aprovechado por los mapuches para lanzar algunos ataques contra los puestos fronterizos.

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