jueves, 24 de noviembre de 2011

La cuestión social ¿Qué es la cuestión social?

Es en la Doctrina social de la Iglesia, el trastorno producido por el encuentro del progreso material con el decaimiento de los principios ético-sociales, trastorno que se caracteriza por un vivo malestar de todas las clases de la sociedad y la generación de antagonismo entre las mismas. La cuestión social para la Doctrina social de la Iglesia se manifiesta externamente como afectando de un modo principal a la clase obrera en sus relaciones con los capitalistas y empresarios; pero en realidad se hace sentir en todas las clases sociales.
El problema social históricamente considerado es el problema vivo y palpitante que ofrece de hecho la Humanidad con relación a los bienes económicos, dividida en dos clases antagónicas: una minoría que goza superabundantemente de los bienes naturales, frente a la gran multitud de los desheredados de la fortuna. Esta situación real de injusticia y desigualdad económica, denunciada por los Pontífices constituye un problema vital y urgente, que puede formularse así: ¿cómo conseguir un ordenamiento jurídico-social de la economía, que se llegue a una justa distribución de los bienes materiales entre las diversas clases de la sociedad? La solución de este problema necesariamente será de derecho positivo.
Se le denomina Cuestión social, al conjunto de problemas sociales y materiales que afectaron a los sectores más pobres de la población. El problema a plantear son las dificultades que hubo dentro de la cuestión social en el transcurso de este siglo. Para desarrollar este tema plantearemos las problemáticas surgidas en la época como lo son la carencia de viviendas mínima mente habitables, servicios higiénicos, alimentación, salud y otras necesidades básicas que no estaban cubiertas, y uno de los problemas más importantes fue el de la cesantía al parar las salitreras, el cual, fue el que produjo la emigración campo ciudad en buscas de nuevas oportunidades, este fue el objetivo más importante entre los otros que existían, también existieron otros tales como la huelga de carne y el paro de Antofagasta y los problemas de las viviendas populares, etc. Dentro de la cuestión social también estuvo el auge salitrero y el impulso industriar donde se produjeron cambios de importancia se inicio un fuerte flujo de migración de la población hacía los centros mineros del norte y hacia las áreas urbanas de Santiago y Valparaíso, donde se produjo un aumento de concentraciones de trabajadores fue en ella donde se experimentaron las duras condiciones de trabajo y de vida. Situación que define las crecientes demandas de estos sectores hacia los empresarios y las autoridades de gobierno. La migración se produjo del incremento de las actividades industriales y mineras lo que condujo a una absorción de la mano de obra en las ciudades y en los centros mineros. En el cual las ciudades no pudieron responder de forma digna a la población inmigrante rural. Fue también donde se conformo una situación de marginación social de estos sectores, lo que permitía actuar una posibilidad inminente de problemas sociales, estos surgieron de los cambios o transformaciones que vivió Chile al pasar por un periodo de gran auge.



En el gobierno de Don Germán Riesco quien lo asumió prácticamente contra su voluntad la presidencia de la República (1901-1906) ya que había dedicado al ejercicio del derecho, dentro de este gobierno surgieron varios gestos importantes como la reforma de que promovió durante su mandato tales como la promulgación del código de procedimiento civil y penal, pero también existió la de construcciones de tribunales de justicias como también la creación de liceos de hombres y mujeres, institutos y escuelas técnicas, sin embargo el logro más importante lo tubo en el ámbito internacional, al firmar con Argentina los pactos de Mayo (1902), que evitaron una inminente guerra, y con Bolivia el Tratado de Paz y Amistad (1904). La huelga de carne y el paro de Antofagasta también tuvieron un rol importante dentro de este gobierno, en el cual el 22 de Octubre de 1905 en Santiago se realizo la huelga de la carne, donde a través de una protesta generalizada cuyo fin era solicitar la rebaja del precio de cierto producto, el cual el valor era muy alto debido a que la gente no podía y se le hacia imposible el consumo de carne (gente de bajos recursos). Como dentro de la protesta los ánimos se impacientaron, se llego a un enfrentamiento que la policía tuvo que contener a balazos, donde los hechos de violencia duraron aproximadamente une semana (semana roja). Pasaron algunas meses (6 de Febreros 1906) cuando Antofagasta vivió una situación similar a la ocurrida en Santiago, donde los obreros que realizaban los trabajos en el ferrocarril de Antofagasta a Bolivia, presentaron una lista de peticiones las cuales fueron rechazadas por la compañía, a causa de esto se produjo un paro general dentro de la plaza local. La experiencia de la huelga de carne puso alerta a las autoridades las cuales se vieron un poco complicados y ordenaron el acuartelamiento de la esmeralda y la presencia en el puerto del crucero Blanco encalada. Por desgracia se produjo un nuevo enfrentamiento que según se anuncio en la cámara de diputado dejo 58 muertos y mas de 300 heridos. El problema de las viviendas populares tuvo varios inconvenientes tales como los servicios higiénicos que eran muy escasos, también dentro de la familia estaban los inconvenientes de las habitaciones o piezas donde llegaban a dormir hasta 8 personas y para ellos no era muy fácil vivir ahí, como lo anunciado en lo anterior el problema de viviendas agravo la salud pública, en particular los niños quienes eran los más perjudicados donde existieron las pestes infantiles entre 1905 y 1910 alcanzaron su mayor pick, la sarampión extermino a mas de 10 mil niños y adultos; el coque luche a 14 mil, la difteria y el cruz a unos 2 mil y la gripe a más de 18 mil. El cambio del siglo mostraba un país con grandes problemas sociales no resueltos y un sistema parlamentario que hacia poco para derrotar esta miseria de grandes sectores de la población. Pedro Montt quien gobernó el país durante 1906 a 1910, también asumió la primera magistratura con un plan de orden y progreso para Chile, para el no fue muy fácil concretar los proyectos ya que ocurrieron diversas circunstancias entre ellas el terremoto de Valparaíso y el fuerte aumento de el poder del congreso, pero no obstante de, pudo desarrollar un intenso programa de obras publicas sobre todo en el tema de construcciones de nuevas de ferroviarias las cuales permitieron unir a más territorios nacionales y así mismo fue como los unimos al extranjero, el también siguió con la labor de Germán Riesco construyendo nuevos establecimientos de enseñanzas para potencial la educación de el país. En este gobierno junto con el anterior estuvieron marcados por el tema de la cuestión social, en donde los obreros reclamaban por nuevas oportunidades laborales y de la calidad de vida. También dentro de estos dos gobiernos surgieron nuevas fuerzas tales como de 1901: con la huelga de la Mancomunal de Iquique, la de 1902: cuando se suscriben los pactos de mayo entre Chile y Argentina, la de 1903: aquí se produce una de las manifestaciones violentas de la llamada cuestión social la de lo estibadores de Valparaíso, la de 1904: donde se firma el tratado de paz y amistad entre Bolivia y Chile, la de 1905: con la huelga de carne en Santiago, la de 1906: el cual sucedió el 16 de Agosto la zona central es afectada por un fuerte terremoto que afecto principalmente a Valparaíso, donde hubieron miles de personas muertas, la de 1907: en cual sucedió el 21 de diciembre con una huelga de los trabajadores de las salitreras de Tarapacá quien ocasionó una represión frente la escuela Santa María de Iquique donde también hubieron un centenar de niños y adultos muertos, la de 1909: cual fue el rechazo del congreso el cual las hace con el veto de Pedro Montt el 30 de agosto se promulga la ley que posterga la conversión metálica hasta el 1 de enero de 1915 y la ultima es la de 1910: en donde se finalizan los actos de celebración del primer centenario de la independencia de Chile. Las reacciones de la sociedad ante la cuestión social en estos años los sectores dominantes en Chile no veían o no querían ver la situación en que estaban viviendo en los trabajadores de las pampas y de las ciudades, ya que para las ultimas décadas fue una etapa de vejámenes, enfermedades y miseria, pero en otros la visión no era igual ya que decían que era una época maravillosa, sin pobreza ni inquietudes ya que se definía como una época de existencia placida aunque un tanto pagana. La cuestión social se agudizaba ya que en esta era evidente la necesidad de una reforma profunda al sistema político y económico, en el cual personas de la misma elite planteaban resolver los problemas. Dentro de la cuestión social también existía la postura de la iglesia católica ya que en esta época, nuestro país se definió mayoritariamente católico, la iglesia se sentía identificada por los conservadores.
Cuestión social se agudizaba ya que en esta era evidente la necesidad de una reforma profunda al sistema político y económico, en el cual personas de la misma elite planteaban resolver los problemas.


La "Cuestión Social" y el retorno al Presidencialismo
Durante 1891 y hasta 1925 se manifestó un claro predominio del Legislativo sobre el Ejecutivo. La práctica parlamentarista de hacer caer los gabinetes ministeriales mediante la censura determinó que en el transcurso de ese período pasaran por los sucesivos gobiernos: 530 ministros de Estado, a través de 121 cambios, tomando en cuenta las crisis totales y parciales.



Los presidentes de la segunda etapa de la "República Parlamentaria" (que nunca fue completa y efectiva) fueron: el Vicealmirante  Federico Errázuriz Echaurren(Germán Riesco Errázuriz Pedro Montt Montt (1906-1910); Ramón Barros Luco (1910-1915); Juan Luis Sanfuentes Andonáegui  y Arturo Alessandri Palma (1920-1924). Todos, salvo Jorge Montt Montt, ejercieron anteriormente como parlamentarios.
La década del desencanto
A principios de siglo (el siglo XX), el ambiente que se vivía era una mezcla de pesimismo por los valores que se dejaban atrás y falta de confianza en las clases aristócratas y políticas, que no sabían comprender ni reaccionar ante las carencias económicas de la gran masa.
Siempre una nueva época hace pensar a los hombres en la realización de todos aquellos ideales o cosas que antes sólo habían sido meras posibilidades. Sin embargo, en nuestro país el espíritu de algunos de los contemporáneos no era del todo optimista frente al presente y a las oportunidades de un futuro cercano.
Enrique Mac-Iver Rodríguez, en su ya clásico discurso sobre la crisis moral de la república, lo había expresado en 1900 y lo reiteraba Alberto Edwards en 1901: "... sólo vivimos del recuerdo de un pasado glorioso sin aliento de continuar la obra de nuestros padres, perdidas las ilusiones y la fe, heridos en el alma por la implacable lógica de los acontecimientos".
Este desencanto, producto sin duda de la incapacidad de los políticos por encarar y dar respuesta satisfactoria a los graves problemas económicos y a la "cuestión social", que ya se vislumbraba como uno de los más serios, deja ver claramente que Chile vivía por esos días el agotamiento de un estilo de vida que no se adaptaba a una realidad que cambiaba radicalmente

miércoles, 26 de octubre de 2011

La guerra del pacifico ¿Por qué se comenzó la guerra del pacifico?

Bueno la guerra del pacifico fue un conflicto armado  en el cual se enfrentaron la República de Chile contra las repúblicas del Perú y de Bolivia. También se la ha denominado Guerra del Salitre. Es un conflicto bélico de mayor trascendencia en la historia nacional. A mediados del siglo XIX, el desierto de Atacama había adquirido un gran valor económico debido al descubrimiento de valiosos yacimientos de guano y, posteriormente, de salitre, ambos, entonces, con buena ley y buen precio en el mercado internacional.
Existen discrepancias entre los historiadores bolivianos y chilenos con respecto a si el territorio de la Audiencia de Charcas, primero dependiente del Virreinato del Perú y después del Virreinato del Río de la Plata, disponía o carecía de litoral. Apoyándose en diversos documentos, los bolivianos insisten en que lo tenía; por su parte, los chilenos lo niegan o lo ponen en duda. Al crearse la República de Bolivia en 1825Simón Bolívar incluyó la costa de Cobija como parte de esta nueva república. La explotación económica de esa zona costera fue llevada a cabo por empresarios y pirquineros chilenos. En 1878, el congreso de Bolivia se abocó al estudio del acuerdo celebrado por el gobierno en 1873. Para Bolivia, el contrato firmado en 1873 con la Compañía de Salitres de Antofagasta aún no estaba vigente porque, de acuerdo con la Constitución boliviana, los contratos sobre recursos naturales debían aprobarse por el Congreso. Ello se hizo por la Asamblea Nacional Constituyente boliviana mediante una ley, el 14 de febrero de 1878, a condición de que se pagara un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado por la compañía.
En lo que respecta a Chile, el cobro del impuesto de 10 centavos sobre quintal exportado violaba el artículo IV del tratado de 1874. Por ello, dicho impuesto encontró una gran resistencia por parte de los propietarios de la empresa afectada y una cerrada defensa de su causa por parte del gobierno de Santiago, desencadenándose un conflicto diplomático. A lo largo de los meses subsiguientes, el gobierno boliviano se abstuvo de implementar la ley mientras se discutían las objeciones presentadas por el gobierno chileno.


El 8 de noviembre, el canciller Alejandro Fierro envió una nota al canciller Martín Lanza indicando que el Tratado de 1874 podría declararse nulo si se insistía en cobrar el impuesto, renaciendo los derechos de Chile anteriores a 1866. El 17 de noviembre, el gobierno de La Paz ordenó al prefecto del departamento de Cobija que aplicara la ley del impuesto para iniciar las obras de reconstrucción de Antofagasta. Aunque ambas partes propusieron la resolución del conflicto por vía de un arbitraje, tal como lo contemplaba el Protocolo de 1875, este no llegó a realizarse ya que mientras el gobierno de Chile exigía que se suspendiera la ejecución de dicha ley hasta que su legalidad fuese determinada por un árbitro, el gobierno de Bolivia exigía que el blindado Blanco Encalada y sus fuerzas navales se retiraran de la bahía de Antofagasta. El 6 de febrero, ante las protestas por parte de la Compañía de Salitres por la ley del impuesto y dado que el contrato no había cumplido con los trámites para declararlo, el gobierno de Bolivia rescindió el contrato con la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta. El prefecto Zapata ordenó rematar sus bienes para cobrar los impuestos generados desde febrero de 1878.
Las tropas del ejército chileno iniciaron una serie de maniobras militares en las provincias de TarapacáTacna y Arica. Las victorias de PisaguaPampa Germania y Dolores, a fines de 1879, aseguraron el dominio chileno sobre el departamento de Tarapacá, así como las de Tacna y Arica en 1880. La batalla de Tarapacá fue una victoria aliada, pero ésta no cambió el curso de los acontecimientos a favor de los aliados, pues Bolivia se retiró de la guerra después de la batalla del Alto de la Alianza en Tacna y Chile siguió luchando contra el Perú.
La capital peruana vivía desconectada del resto del país y subestimó completamente la situación bélica, lo que contribuyó a desestabilizar completamente su clase política y a evitar una preparación efectiva para enfrentar el desembarco chileno al sur de la ciudad. En enero de 1881, las tropas chilenas entraron en Lima, después de las batallas de San Juan y Miraflores. En esta última, la propia población civil defendió sin éxito la ciudad cuando el ejército chileno atacó tres de los doce reductos. Después de la batalla, hubo incendios y saqueos en los poblados de Chorrillos y Barranco.

Las fuerzas chilenas establecieron su autoridad y se impusieron cupos de guerra a la población limeña. Se impuso el orden en la ciudad, en las zonas de ocupación, y se restablecieron las actividades. Sin embargo, este orden no evitó la salida de objetos y bienes científicos o culturales, tales como instrumentos, herramientas, mobiliario y libros, algunos de los cuales fueron enviados a Chile, terminando otro tanto en manos de privados de ambos países.
El dictador Nicolás de Piérola Villena, quien se retiró de la capital para pretender seguir gobernando desde el interior del país, fue sustituido por un gobierno civil a cargo de Francisco García Calderón, que se negó a firmar la entrega del Departamento de Tarapacá.
Sin posibilidades de firmar la paz, el jefe de la ocupación chilena Vicealmirante Patricio Lynch estableció su cuartel militar en el Palacio de Pizarro en Lima y dirigió el combate contra la resistencia peruana en la sierra, en lo que se denomina la Campaña de la Breña o de la sierra, enfrentando abundantes actos de sedición en la misma ciudad y, posteriormente, una resistencia claramente organizada.
Después de los enfrentamientos en San Juan y Miraflores, el entonces Coronel peruano Andrés Avelino Cáceres y otros, como el capitán José Miguel Pérez, decidieron llegar a los Andes Centrales para organizar y reiniciar la resistencia al ejército de ocupación chileno. Para ello, el 15 de abril de 1881, se embarcaron en el tren de la estación de Viterbo, evadiendo la vigilancia de los soldados chilenos, con destino final la ciudad de Jauja. Así, y en gran medida ayudado por su profundo conocimiento de la lengua quechua, Cáceres organizó la defensa entre la población civil de la Sierra Central y el Coronel Gregorio Albarracín en la Sierra Sur, quienes ejecutaron una efectiva guerra de guerrillas durante tres años. Eligieron la breña de los Andes Centrales porque presentaba una topografía excelente para aplicar la estrategia de guerra de guerrillas y, también, porque existían nuevos elementos humanos, aunque sin entrenamiento y con escaso armamento para una lucha prolongada.
La resistencia militar liderada por Cáceres en la regiones sur y centro andinas obtuvo varias victorias contra las fuerzas chilenas y se dirigió a Cajamarca, en la sierra norte, para evitar el encumbramiento de Miguel Iglesias, quien desde 1882 había manifestado firmar la paz con el gobierno chileno, aceptando cesión territorial.
El 3 de mayo de 1883, la base del Tratado de Ancón ya estaba acordada entre Patricio Lynch y Miguel Iglesias quien firmó este convenio inicial desde Cajamarca. Después de la guerra, las diferencias entre Cáceres e Iglesias dieron origen de una guerra civil entre los partidarios de ambos líderes, que finalizó en 1885 con el triunfo del primero.

En conclusión la guerra del pacifico provoco una lucha por el norte de que es ahora nuestro país por el salitre que nos brindo mucha economía para nosotros pero aunque eso duro poco porque los alemanes crearon el salitre artificial que era mucho más barato que el salitre normal y cumple la misma función por eso a chile no le sirvió de mucho haber paliado por algo que duro un tiempo y no de haberle cedido la Patagonia chilena a los argentino pero como eso ya ocurrió solo me queda opinar de lo que los chilenos en esos años cometieron mal pero paso aunque siempre los chilenos antes de tomar una decisión tenemos que visualizarla si nos conviene o no y después hacer cualquier tipo de tratado o acuerdo con otros países.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Ocupación de la Araucanía ¿Por qué se empezó a usar la Araucanía?

En estas tierras habitaban más de 190 mil indígenas, compuestos por los pueblos pehuenches y mapuches. Dicho territorio se había mantenido rebelde a partir de la denominada Guerra de Arauco ante el dominio español durante la Conquista de Chile y todo el período colonial de Chile, sin que ningún bando venciera claramente.
Luego de la independencia de Chile, ya en el período republicano, se ordenó la celebración de un parlamento general con los mapuches que habitaban al sur del río Biobío, con la finalidad de acordar el estatuto que regularía las relaciones entre la naciente república y el pueblo mapuche; realizándose así el Parlamento de Tapihue en enero de 1825. Sin embargo posteriormente sucedieron diversos hechos que obligaron al estado chileno a destinar recursos a la zona de la frontera.
Además, durante la Revolución de 1851, el general José María de la Cruz, líder del movimiento golpista, reclutó a varios loncos mapuches y sus clanes para alzarse en armas contra el gobierno, esto lo pudo lograr gracias a la relación de amistad que mantenía el general con los caciques, entre ellos Colipí. Cuando su insurrección fue aplastada por el general Manuel Bulnes, los caciques en vez de rendirse junto a De la Cruz se replegaron a la frontera junto con varios miembros descolgados del antiguo ejército, dedicándose al pillaje y al robo de ganado, por los siguientes 4 años. Esto motivó al gobierno a movilizar al segundo batallón del segundo de línea, hasta enero de 1856.
El gobierno de Chile toma la decisión de ocupar efectivamente la Araucanía cuando aparece en la zona, en el año 1861, el francés Orélie Antoine de Tounens, quien intenta crear el Reino de la Araucanía y la Patagonia y se autoproclama rey, tomando el nombre de Orélie Antoine I.
De esta forma, las autoridades deciden aplicar el plan propuesto por el General de Ejército Cornelio Saavedra Rodríguez. Dicho plan incluye no sólo acciones militares, sino además la penetración pacífica de los territorios, mediante el traspaso de la cultura chilena al otro lado de La Frontera. Se busca fundar ciudades, construir obras públicas tales como caminos, telégrafos, y crear escuelas y hospitales. Las tierras incorporadas serían traspasadas a colonos sin ningún costo para fomentar la ocupación de la zona y desarrollar la producción de trigo.

En poco tiempo, Cornelio Saavedra puede ocupar la zona que va hasta el río Malleco, lugar donde refunda la ciudad de Angol, los fuertes de Negrete,[2] Mulchén y Lebu, en 1862. Por el territorio costero, alcanza a avanzar hasta el río Toltén. Esta primera ocupación se lleva a cabo con relativamente poca resistencia, pero luego se produce una sublevación de los mapuches que habitan las cercanías del río Malleco, bajo el mando del lonco Quilapán.
En diciembre de 1867 se habían reunido 4.000 a 5.000 guerreros mapuches en la zona montañosa de Chihuaihue, provenientes de Moquehua, Boroa y La Imperial, los arribanos de Kilapán lograron coordinar una rebelión con los abajinos costeros al mando de Catrileo, Coñoepan, Marileo y Painemal, con 3.000 lanzas cruzaron la cordillera de Nahuelbuta al poniente de Angol y fueron a salir al norte del río Malleco donde unieron sus fuerzas, lograron victorias en Traiguén, Curaco y Perasco gracias a su combinación de la guerra móvil con tacticas de guerrilla.[3]
En enero de 1869 1.500 mapuches son derrotados en Chihuaihue por el general José Manuel Pinto, los araucanos se reorganizaron y atacaron Angol, ante esto el Ministro de Guerra, Francisco Echaurren, marchó con refuerzos a Cautín. En la costa el coronel Saavedra ocupó Cañete y Tucapel, sofocando la rebelión de 1.500 guerreros en Purén. El 25 de septiembre los mapuches y el ejército llegaron a un acuerdo en Angol. Kilapán volvió a rebelarse con 3.000 lanzas siendo derrotados el 25 de enero de 1871 por un ejército de 2.500 soldados en Collipulli.[3]
La Guerra del Pacífico significó que las fuerzas del ejército de Chile se concentraran en este conflicto en particular, situación que fue aprovechada por los mapuches para lanzar nuevos ataques a los puestos ubicados en las zonas fronterizas. Según el historiador y antropólogo chileno José Bengoa esta fue la primera vez en toda su historia que los muy descentralizados mapuches se unieron en una sola insurrección.[4] Esta nueva sublevación ocurrida en 1880 se materializa en pérdidas para ambos bandos. Pero, una vez finalizada la guerra que enfrenta a Chile contra Bolivia y Perú, el ejército instruido por el gobierno de Domingo Santa María retoma en forma vigorosa la campaña de incorporación de la Araucanía. Quien está a cargo de anexar el territorio restante es el Coronel Gregorio Urrutia.
El 27 de enero de 1881 3.000 indígenas atacaron Traiguén arrasando con las haciendas y el ganado.[3] Tras ser rechazadas sus incursiones en Traiguén y el fuerte de Lebuelmán los mapuches se encaminaron, sumando cada vez más lanzas a atacar el fuerte de Los Sauces, entonces tenían unas 1.500. Su asalto fracaso y cuando atacaron la línea del Malleco que creían desguarnecida fueron masacrados, con esto las tropas chilenas pudieron seguir su avance, cruzaron el Cautín, y el 24 de febrero fundaron el fuerte de Temuco.[5] Los aborígenes respondieron atacando dos caravanas matando 100 personas, en los cerros de Ñielol, ese mismo mes, mientras era frustado su ataque simultáneo de 8.000 guerreros a Temuco y Lumaco.[3]

En su campaña, Urrutia erige diversos fuertes, llegando hasta la zona donde se encuentra el Lago Villarrica y refundando la ciudad del mismo nombre. Además, se fundan los fuertes de Carahue, Lautaro, Pillanlelbún, Temuco y Nueva Imperial. Se puede decir que en esta etapa concluye realmente la Guerra de Arauco como tal, después de más de 300 años de conflictos.

La tranquilidad que, en general, reinaba en la frontera del Biobío y las relaciones que existían entre los habitantes de uno y otro lado, permitieron el avance colonizador de la Araucanía.
En la Depresión Intermedia al sur del Biobío, algunos intrépidos campesinos y agricultores se habían establecido, comprando, arrendando o simplemente quitándoles sus tierras a los indios (llamados indios, por los colonizadores, que creian haber descubierto las Indias, ignorando que son mapuches, no araucanos, que tambien es palabra del conquistador)(aclaracion aparte ;-). En el sector costero, la existencia del fuerte de Arauco y la explotación del carbón de piedra aseguraban otra línea de penetración.
Durante el gobierno de don José Joaquín Pérez se inició la acción oficial para incorporar la Araucanía con el apoyo de las armas. El realizador de aquella empresa fue el coronel Cornelio Saavedra, que en corto plazo ocupó hasta el río Malleco, volviendo a fundar la ciudad de Angol. Por la costa avanzó hasta el río Toltén.

Este primer avance se ejecutó con escaso derramamiento de sangre, pero luego hubo una sublevación de los mapuches cercanos al río Malleco, que obedecían al cacique Quilapán. Derrotados los naturales, la ocupación se detuvo por algunos años; pero al estallar la Guerra del Pacífico, el avance se había reanudado hasta la línea del río Traguen.
 
El conflicto con el Perú y Bolivia significó debilitar el ejército de la Araucanía y ese hecho fue aprovechado por los mapuches para lanzar algunos ataques contra los puestos fronterizos.